Por fin ha llegado a mis manos el nuevo y tan esperado álbum del más grande e innovador bluesman de Florida de la generación actual y, tal como me imaginaba, no sólo no me ha defraudado sino que ha sobrepasado con creces lo que de él me esperaba. Un disco caliente, personal, sublime… Watermelon Slim y sus Workers están brillantes y muy sobrados. Puro y estereotipado ‘down home blues’ con arreglos originales de gran modernidad, amén de un espectacular acierto en la producción final gracias al buen trabajo de todo el personal de la compañía canadiense Northern Blues Music que cuida y mima siempre las mezclas y la producción final de sus discos. En este caso el artífice ha sido Chris Wick que ha estado totalmente acertado presentando un producto final impecable. Si alguno de vosotros se pregunta como es que Watermelon fue nominado a los W.C. Handy Awards del pasado año, que escuche este disco y obtendrá la respuesta.