Mary Jo Curry se inició en los caminos musicales como cantante y pianista de formación clásica, además de actriz Pero lo cierto es que desde hace nueve años quedó atrapada por la magia de los blues Una noche que salía con un amigo escuchó una música que provenía de un pequeño club y sintió el deseo irrefrenable de entrar en aquel garito Allí Mary Jo conoció al guitarrista Michael Rapier, su marido en la actualidad, y ambos comenzaron a tocar blues Después de pasar un tiempo actuando en formato de dúo, añadieron a Chris Rogers al bajo y Rick Snow a la batería, constituyéndose así la banda que hasta el momento funciona con muchas expectativas de futuro Para este segundo álbum la banda ha incorporado también a Brett Donova y Ezra Casey a los teclados y Brain Moore al saxo, además de contar con invitados de lujo como Albert Castiglia y Tom Holland a las guitarras El álbum incluye nueve temas originales del grupo y una canción compuesta especialmente para Mary Jo por el batería de Chicago Andrew Blaze Thomas A lo largo del disco Mary Jo nos muestra que es una cantante que no quiere parecerse a nadie, que tampoco quiere presumir de sus cualidades vocales y que lo único que desea es hacernos sentir que es diferente a todo cuanto hasta el momento hemos escuchado