Aunque The Marshals son de un pequeño pueblo francés llamado Moulins en la región de Allier, al escuchar su música se diría que provienen de las áridas y polvorientas tierras de Texas o del sur de los Estados Unidos, donde los hombres se forjan con los golpes de una vida dura marcada por las inclemencias climáticas y la vida en el campo.

The Marshalls incorporan a su música estos elementos desarrollando un repertorio que podría enmarcarse dentro del North Mississippi Hill County blues, pero también en el blues rock sin concesiones, con unas canciones ásperas, rocosas y crudas interpretadas con pasión por este trio formado por Thomas Duchézeau a la batería y percusión, Laurent Siguret a la armónica y Julien Robalo a la guitarra y voz.

Nueve canciones dan forma a un trabajo muy personal, que nos hablan de brujería, negras aves nocturnas, oscuridad, paisajes tenebrosos y viejas casas abandonadas, pero también de la brillante luz que aparece después de las tinieblas, de un nuevo amanecer o del despertar de la vida, interpretadas todas ellas con enorme sinceridad por este trío de músicos franceses que sin duda sobrepasan los cánones establecidos, para ofrecer unas composiciones salidas del alma que simplemente pretenden envolver al oyente y atraerlo a esos paisajes musicales que ellos recrean en cada una de sus canciones.