Aunque provenientes de entornos muy diferentes, ya que Haley Spence Brown se había criado y trabajado en una granja y Jack Hackett había crecido en una familia tradicional japonesa, la pasión de ambos músicos era la música country. Casualmente se conocieron realizando una serie de números satíricos para la televisión de la universidad. Después de descubrir su afinidad musical, en lugar de seguir escribiendo números satíricos, decidieron empezar a componer canciones e iniciar una carrera musical.

Este es su primer disco que muestra claramente los caminos por los que estos músicos quieren transitar que no son otros que el country, la música Americana con raíces con algún que otro toque de blues a lo J.J. Cale.

Doce canciones propias de este dúo, algunas de ellas ganadoras de diversos premios, forman el álbum que ha sido producido por Eric Corne, nominado a dos Grammys. En todas ellas se hace evidente, no sólo el conocimiento de los estilos que practican sino también la adecuada voz de Haley para cantar country y el dominio de la guitarra del que Jack hace gala.

Además de ellos dos, en el disco se encuentran respaldados por una banda muy solvente. También hay que mencionar que en este álbum aparecen algunos de los grandes nombres de la música country que colaboran y enriquecen las ya de por si bien interpretadas canciones que dan forma a este trabajo, como pueden ser Eugene Edwards a la guitarra, Hayley Orrantia a la voz y Jim Jefferies también a la voz.

Un álbum bien interpretado y especialmente dedicado a los amantes del country que disfrutan no solo bailando sino también escuchando bonitas canciones donde, además de teclados, guitarra, bajo o batería, nunca faltan la pedal steel guitar, el banjo, la armónica, el violín o la mandolina.