A mediados de los años cincuenta, Sugar Pie Desanto empezó a despuntar como una de las grandes voces del rhythm and blues que, en aquella época, causaban furor entre los jóvenes consumidores de discos y oyentes radiofónicos. Durante algún tiempo Sugar formó parte de la orquesta de Johnny Otis, antes de dedicarse a cantar en solitario. Desanto posee una voz muy interesante, y desarrolla unos matices envolventes, mágicos, sensuales e intensos que la hacen diferente a otras cantantes del mismo estilo. Sus posibilidades vocales son inmensas y puede atacar tanto blues como soul, gospel, pop, jazz o cualquier otro estilo que se ponga a su alcance, gracias a su técnica refinada, potente y de una enorme y variada modulación. En este disco nos demuestra con mucho acierto y gran habilidad todas sus capacidades vocales, que son muchas, respaldada por una serie de músicos de enorme experiencia y calidad, con arreglos instrumentales y vocales impresionantes. Un disco soberbio que nadie puede ni debe pasar inadvertido.