Aparte de poseer una voz desgarrada y llena de feeling, Shay Dillon tiene una particularidad muy especial y es que, además de ser convincente, sabe explicar y comunicar lo que en ese momento siente, es decir, transmite perfectamente su mensaje porque se cree lo que está cantando y esa es una virtud muy difícil de encontrar entre los cantantes actuales de rock y blues Dillon canta y adorna su voz de manera natural y sin afectaciones de ningún tipo, interpretando con respeto y talento la música que en ese momento mejor siente Trece canciones bien construidas, variadas, con infinidad de influencias, en especial blues, soul y rhythm and blues se dan cita en este disco, interpretadas además con seriedad y buen gusto por todos los músicos que intervienen en el mismo