Con solo dieciocho años Rob Stone asistió a un concierto de Charlie Musselwhite en su Boston natal. Al día siguiente de aquel evento, Rob se compró su primera armónica y, desde entonces su carrera como armónica y cantante ha despegado con fuerza y no ha dejado de crecer. Rob ha viajado y actuado por todo el mundo y lo ha hecho varias veces en Japón, donde ha descubierto una gran pléyade de músicos y aficionados al género. Todo ello le ha llevado a grabar este álbum en Japón, acompañado por la pianista Elena Kato y el bajista Hiroshi Eguchi. Son un total de diez canciones en clave de blues acústico que, en su momento, fueron popularizadas por artistas como Louis Jordan, Solomon Burke o el songster Leadbelly entre otros, y que, gracias al buen hacer y la compenetración de estos tres músicos, nos sumergen en el sonido de los años treinta y cuarenta del pasado siglo. En cuanto al estilo vocal, Rob Stone emula a cantantes como Big Joe Turner, Nat King Cole o Fats Waller por citar tres de los más conocidos. En este contexto Rob mezcla con elegancia el swing y el blues a partes iguales y lo hace además con buen estilo, agradable cadencia y notable convicción.