No es muy normal que una banda de blues inicie un disco con un blues lento. Esto es algo bastante atrevido, pero esta banda italiana comandada con mano firme por su líder el cantante y armonicista Riccardo Grosso no han dudado ni un momento en empezar este trabajo con un tema como el famoso “Double Trouble” de Otis Rush. Personalmente pienso que la versión que realizan de ese tema ha sido todo un acierto. Además el grupo tiene una innegable fuerza, poderío y una firme convicción, algo que puede sentirse desde los primeros compases de ese espeluznante “Double Trouble” con el que abren el disco, con el que consiguen una intensidad que va subiendo de grados hasta alcanzar un apasionado climax al final del disco.

Son un total de ocho canciones que comunican feeling y absorben la mente del oyente, desde la ya mencionada “Double Trouble”, pasando por “Nadine” de Chuck Berry, “She’s Tough” de Jerry “Boogie” McCain o “Mellow Down Easy” de Little Walter entre otras.

Los que les conocen bien dicen que la armónica de Grosso viene a ser una mezcla de Sonny Boy Williamson, Paul Butterfield y Junior Wells y no voy a ser yo quien les lleve la contraria. A la voz y la armónica de Riccardo Grosso se les une Flavio Paludetti a la guitarra, quien hace un trabajo soberbio en la línea de Junior Watson o Kid Ramos, Alessandro Marinoni al bajo y Federico Patarnello a la batería.

Los cuatro músicos han sabido extraer el máximo partido de las ocho versiones que incluyen en este acertado disco de debut.