La primera guitarra que Randy Casey tuvo en sus manos fue una Gibson Les Paul Custom de 1969 propiedad de un vecino suyo Unas décadas mas tarde Rick Neilsen de los Cheap Trick quiso comprar aquella guitarra Sin embargo su propietario y antiguo vecino se la ofreció primero a Randy Casey quien con mucho sacrificio para poder pagarla logró finalmente adquirirla Desde el momento en que nuevamente volvió a tenerla en las manos, la música y las canciones de Randy fluyeron de ella y se expandieron para cobrar vida propia de un modo como hasta no lo habían hecho hasta entonces En este su octavo álbum, Randy quiere rendir homenaje a aquella guitarra con doce intensas y profundas canciones en las que nos muestra su prodigioso talento, cautivando al oyente desde las primeras notas del disco, gracias a su depurada técnica, su buen gusto, su olfato musical y una fragancia muy especial Todas las composiciones propias que dan forma a este álbum nos muestran a un artista con una capacidad de crear y componer canciones en las que consigue siempre capturar la esencia del blues, contribuyendo asimismo a innovar este preciado género musical con mucha devoción y enorme respeto