Dotada de una voz firme, segura y a la vez muy femenina, la cantante Kate Qubee Zaitz, vuelve a convencernos en este trabajo por diferentes razones Bien respaldada musicalmente por su quinteto y una base de arreglos impecables y brillantes, Qubee aprovecha para dar rienda suelta a sus fantasmas más íntimos, profundos y grotescos, expulsándolos desde el fondo de sus entrañas mediante once canciones bien seleccionadas pero, sobre todo, interpretadas con racionalidad y sin fisuras, a base de diferentes ritmos jugosos y refrescantes El grupo imprime altas dosis de funk, groove, soft-jazz y algo de ryhthm and blues de manera brillante, por lo que su estilo vocal melancólico y poético, combina y se adapta perfectamente con el modo en que el grupo ejecuta los temas, conjugando con habilidad las partes de guitarra con las armonías del Hammond B-3, el piano eléctrico y los arreglos de metal Todo ello infunde profundidad y emoción a un disco diferente, atrevido y sobre todo sin ningún tipo de prejuicio