El guitarrista y cantante Mike Bourne posee una dilatada experiencia conseguida a través de incontables conciertos que ha realizado por todos los rincones del mundo. En escena es un auténtico entertainer que combina con buen criterio el jump blues, el blues y la roots music, ya desde los inicios de su carrera en 1988. También ha grabado y acompañado a músicos de la talla de Otis Rush, Sam Lay o Barrelhouse Chuck entre muchos otros, recogiendo influencias del blues de Chicago o del de Atlanta. Sin embargo, es en Kansas donde ha forjado su propio sonido fuertemente basado en el blues de Kansas City con influencias de rhythm & blues, jazz y rock ‘n’ roll de los 50.

Con todo este bagaje a sus espaldas Mike presenta este último trabajo que incluye trece canciones que son un homenaje a todos los músicos que han sido sus mentores y gracias a los que se ha convertido en un artista de indudable calidad.

Para la realización de este disco, Mike Bourne se ha rodeado de los músicos habituales de su banda, la Kansas City Boogie, más una serie de invitados especiales y buenos amigos como son entre otros, el guitarrista Johnny Burgin, los teclistas Dave Creighton y Johnny Iguana, John Paul Drum y el tristemente fallecido Big D. Erickson a la armónica, Mickey Muñoz de los Hoodoo Brothers a la batería o Greg Hopkins, trompetista en la orquesta de Buddy Rich.

Un disco que rezuma calidad, buen hacer, conocimiento del género y profesionalidad en todas y cada una de las canciones del mismo y que dejan bien a las claras que hoy en día Mike Bourne es un excelente guitarrista y buen cantante que se ha ganado un lugar destacado en el panorama del blues actual.