Como continuación del disco anterior, este segundo trabajo de Luciano Federighi sigue los mismos pasos del primero, es decir, muestra el trabajo de un poeta que recita sus propias historias a través de unas canciones a medio camino entre Leonard Cohen y Tom Waitts, cantadas o, más bien podríamos decir, recitadas en una línea muy ‘crooner’.

En esta ocasión y a diferencia del anterior disco, Luciano se apoya en el saxo alto, tenor y flauta de Davide Dal Pozzolo quien asimismo ha realizado los arreglos. También y a diferencia del anterior trabajo en el que Andrea Garibaldi se encontraba al piano, en esta ocasión es el mismo Luciano Federighi quien se encarga de tocarlo.

En el libreto que acompaña a este álbum se encuentran las letras de las trece composiciones incluidas en el mismo. Asimismo todas las ilustraciones son obra del propio Luciano. En definitiva, tanto este disco como el anterior son dos obras que podríamos definir como bastante experimentales y que sirven para mostrar la capacidad creativa de este músico.