La cantante Lilly Martin creció en Nueva York, concretamente en el legendario Greenwich Village, barrio que fue centro de la música folk a principios de los años 60 frecuentado por artistas, beatniks, poetas, pintores, escritores y músicos. Gente como Bob Dylan, Jack Kerouac o Allen Ginsberg hacían vida en este entrañable barrio neoyorkino. El ambiente que allí se respira influyo profundamente en Lilly quien pronto se convirtió en una cantante de jazz, blues y soul, estilos que en la actualidad desarrolla con honestidad, sensibilidad e intensidad.

En el año 2000 fue ganadora de los Swiss Blues Awards y a partir de ese momento decidió que debía ampliar sus horizontes, incorporando a su repertorio canciones propias y adentrándose también por otros estilos como el gospel, el rhythm & blues, o la Motown.

Junto a su compañero el multi-instrumentista Michael Dolmetsch y un puñado de buenos músicos publica ahora este disco en el que incluye ocho composiciones propias y cuatro versiones tan variadas como “Desperado” de The Eagles, “Leavin’” de Shelby Lynne, “Driving Wheel” de Roosevelt Sykes y “Soul Searching” de los Beach Boys.

La calidad y el buen gusto de esta artista a la hora de desarrollar sus canciones quedan fuera de toda duda en este trabajo elegante, bien construido y a la vez apasionado. Un álbum que inspira, relaja e invita a la reflexión sobre las situaciones, experiencias y vivencias más profundas que la vida nos depara.