Con solo 14 años Keith Scott recibió su primera guitarra como un regalo de sus padres. Por aquella época Scott escuchaba a grupos como Jimi Hendrix, Led Zeppelin o Grand Funk Railroad. En 1980 Keith vivía en Florida y, en cierta ocasión, Muddy Waters actuaba en el campus de la Universidad de Florida en Gainesville. El grupo telonero incluía a uno de los mejores amigos de Scott, quien le invitó a ir con él y conocer a Muddy y su banda. Keith quedó profundamente impresionado con aquel concierto y con la profesionalidad que todos los músicos le demostraron. Desde aquel momento Keith sólo pensaba en formar una banda de blues, así que cuando su amigo le propuso ir a Chicago para montar un grupo y ganarse la vida tocando blues, no se lo pensó dos veces porque aquel era la oportunidad de realizar su sueño.

En Chicago no le fue nada mal y empezó a codearse con todos los músicos de la ciudad como Junior Wells, John Littlejohn, Big Voice Odom, Eddie Taylor o Little Milton. A partir de entonces inició su andadura en el mundo del blues.

En los años noventa Keith Scott decidió iniciar su carrera en solitario. Desde entonces ha publicado diferentes discos, consiguiendo hacerse un nombre en la escena de la ciudad del viento. Este trabajo presenta quince temas propios en los que está acompañado por The Electric Blues Junkies. Todas las canciones están inspiradas en los terribles momentos del Covid, pero dando siempre una visión positiva y la creencia en un mundo mejor. No en vano Keith es un músico que mira el futuro con optimismo y que siempre está dispuesto a viajar allí donde le llamen para tocar sus blues y conocer nueva gente tan apasionada por el blues como él.