Este es el cuarto disco que publica bajo su propio nombre la cantante, compositora, guitarrista y actualmente completamente dedicada al banjo, Kate Weekes, una artista canadiense que, además de tocar en su país natal, ha realizado giras por países tan alejados como China o Noruega.

Sus canciones nos transportan inmediatamente a bellos paisajes con frondosos bosques o a jugosas praderas salpicadas de pequeños pueblos donde sus habitantes celebran fiestas campestres los fines de semana, para beber, reír y bailar en armonía o compartir sus penas, tristezas y desilusiones.

Con estas imágenes en la retina, uno puede hacerse la idea del tipo de música que Kate Weekes presenta en sus conciertos y en sus discos. En esta ocasión son diez temas que se adentran en el folklore de los Apalaches con alguna que otra oscura balada, el country, el folk, los valses, todo ello con pequeños toques de música celta e irlandesa, con una instrumentación adecuada para este tipo de canciones.

Naturaleza, imaginación y sensibilidad se dan cita en este disco en el que Kate Weekes nos muestra su cristalina voz, además de tocar la guitarra acústica y eléctrica y el banjo de cinco cuerdas. Junto a ella el productor y multi-instrumentista James Stephens está al violín de 4 y 5 cuerdas, armónium, bajo, mandolina eléctrica de 5 cuerdas, guitarra eléctrica y voz, Brian Sanderson a la tuba, fiscornio, trompeta, veneta, arpa de boca, pochette y melófono, Rob Graves a las percusiones diversas, Philip Shaw Bova a la batería, bongos y tambourina y Christine Graves a los coros en la canción “All In The Letter”.