Desde Brinkley, ciudad donde se celebra anualmente el King Biscuit Blues Festival en Arkansas, nos llega este simpático y sincero bluesman con un mensaje propio, original y diferente de las propuestas habituales en lo que a letras con los tópicos del blues se refiere, de los que estamos ya muy acostumbrados Aparte de John Weston a la voz, guitarra y armónica, en estas grabaciones efectuadas el año 2001 también le acompañan su habitual batería Carla Robinson y el bajista Dave Riley, quienes le ofrecen un soporte rudimentario, desprovisto de afectaciones y amaneramientos, entendiéndose rudimentario como sinónimo de sencillo y adecuado para el estilo que practica Weston, es decir, sin sofisticaciones ni adornos Dosis de blues cálido y efectivo, sin aditamentos ni edulcorantes que puedan sofisticar su estilo crudo, rústico y, sobre todo, sencillo y ortodoxo Como el propio John dice, éste es su mejor disco