Después de trabajar duro para conseguir hacerse un nombre en la escena del blues del noroeste del Pacífico, además de haber sido premiado en dieciocho ocasiones por la Washington Blues Society en sus premios “Best Of The Blues”, el cantante, armonicista y compositor Joel Astley publica su primer trabajo bajo su propio nombre con el que espera obtener la popularidad tanto a nivel nacional como en la escena internacional del blues y hacerse un hueco entre los grandes exponentes actuales de dicho estilo.

El disco contiene once vibrantes temas propios grabados en los reputados Greaseland Studios propiedad de Kid Andersen, quien puso al servicio de Joel un destacado grupo de músicos como son Johnny Burgin a la guitarra, Randy Bermudes al bajo, June Core a la batería, Jill Dineen y Marina Crouse a las voces y el propio Kid Andersen a los teclados, guitarra eléctrica, acústica y voces.

En definitiva, este es un excelente álbum donde la voz y la armónica de Joel Astley presentan un destacado nivel a lo largo de todo el material del mismo, constituyendo de este modo un trabajo atractivo, muy apetecible e impecable, donde el blues planea y puede saborearse a lo largo de todo el disco con enorme intensidad, buen gusto y una innegable calidad.