Desde muy joven el cantante, guitarrista y compositor Jimmie Bratcher quedó atrapado por los doce compases del blues. Empezó a tocar en diversas bandas de las que pronto era despedido por su falta de respeto y seriedad junto al consumo de alcohol y drogas que casi acabaron con su vida. Afortunadamente su compañera Sherri, quien también había sufrido por la adicción de su primer marido, le convenció de acudir a la iglesia a casarse y, a partir de ese momento, la vida de Jimmie cambió radicalmente dando un giro de ciento ochenta grados, convirtiéndose en un ministro de la iglesia evangélica y dedicando sus esfuerzos a la religión y la música.

Con un repertorio de más de doscientas canciones, Jimmie Bratcher publica ahora su doceavo trabajo con doce canciones que tienen como denominador común lo que se ha dado en llamar la ‘soul food’, es decir, la cocina y la música más tradicional del pueblo afroamericano de Kansas City. Títulos como “Mama Won’t Fry No Chicken”, “Bacon Is On My Mind”, “Green Bananas” o “Grits Ain’t Groceries” nos dan una idea del hilo argumental de este álbum con el blues como música conductora del mismo, sin olvidar la magnífica composición e interpretación a cargo de unos músicos excelentes como son Jimmie Bratcher a la guitarra y voz, Aaron Mayfield a los teclados, Craig Kew al bajo y Terry Hancock a la batería, más algunos invitados de gran calidad.