Ambicioso y bien planteado proyecto es este disco del cantante, guitarrista y compositor Jim Allchin, que ha realizado un álbum creativo y bien resuelto. Son trece canciones sofisticadas y perfectamente ensambladas a base de una personal mezcla de jazz, blues, heavy rock, e incluso tiernas baladas, además de Texas shuffles y rockin’ swamp blues que Jim domina a la perfección, realizado e interpretado todo ello con unos solos de guitarra llenos de virtuosismo y trascendencia. Allchin incorpora y extrae una amplia variedad de registros y tonos a su guitarra, sonando sucio o limpio según lo requiera cada canción. Su técnica es depurada y exquisita y las letras de las canciones que compone son de un enorme y profundo calado poético, algo que aunque en principio pueda parecer antagónico a la música que realiza, en absoluto es así. Todos los músicos que colaboran son de primera clase, e impregnan el álbum de un sonido nítido, limpio y cristalino, implicándose por completo en el proyecto, de forma incondicional y muy motivados. Chris Leighton y Ben Smith baterías, Garey Shelton bajo, Ty Bailie y David Gross teclados, Colin Pulkrabek trombón, Josh Gailey trompeta, Scott McPherson saxo tenor, los New York Brass y las voces de Martin Ros, Mycle Wastman y Keely Whitney además del propio Jim Allchin guitarra y voz componen un álbum impecable y vistoso.