El cantante y guitarrista canadiense Jake Chisholm es un auténtico superviviente que ha sabido sacar partido de los contratiempos y las situaciones más difíciles que ha vivido. A finales de los 90, Chisholm era un músico callejero que, con su guitarra a cuestas, se había recorrido gran parte de los Estados Unidos hasta llegar Toronto. En esa ciudad empezó a tocar cada lunes en el Cameron House. Allí conoció a Jeff Healey quien se convirtió en su mentor y le hizo descubrir el blues y el jazz de pre-guerra. Sin embargo, Jake prefería interpretar un repertorio más rockero y con su trío se dedicó a profundizar en el blues rock más actual. De ahí surgieron sus primeros discos y giras por Canadá.

Gracias a su amistad con el bajista y productor Darcy Yates surgió la idea de grabar un disco, que se llevó a cabo durante la pandemia en el garaje de Jake, contando con la colaboración de Jim Bowskill a la segunda guitarra, Darcy Yates al bajo y Ian McKewon a la bateria más la aportación de invitados como Paul Reddick a la armónica, Ewan Currie a la guitarra y voces, Davide Di Renzo a la batería y Steve Marriner a las voces, además de realizar este último las mezclas y la producción.

El resultado es un energético disco de rock blues con diez temas donde la áspera voz y la desgarrada guitarra de Jake Chisholm cobran vida propia y muestran a las claras la determinación de un músico que con humildad sabe imprimir a su música toda la fuerza, la pasión y la inspiración que le hacen diferente y con una personalidad propia que queda fuera de toda duda.