El cantante, compositor y guitarrista australiano Gwyn Ashton, vuelve de nuevo a la palestra con un enérgico y trepidante trabajo, para hacer las delicias de todos sus admiradores y seguidores que se cuentan por decenas Una vez más Gwyn ha puesto toda la carne en el asador con su potencial espectáculo pirotécnico y sonoro, gracias a ese sonido trepidante donde el hard y el heavy blues juegan un importante papel en el desarrollo de su música Sus canciones se nutren de las influencias de Huriah Heep, AC/DC y Led Zeppelin, aunque también hay ecos de la psicodelia de Pink Floyd y la génesis del blues más primigenio y primitivo del Delta, ya sea Son House, RL Burnside o Bukka White Sus riffs y sus solos resultan de una enorme y sorprendente jugosidad, donde la monotonía no tiene lugar ni cabida alguna Pero lo más curioso, sorprendente y admirable del caso es que todo esto lo consigue tocando con el único respaldo de su amigo y colega, John Freeman, que le acompaña a la batería con un beat y un groove impresionantes, por lo que ambos consiguen que la música suene fresca, atractiva y dotada de una sorprendente efectividad Nueve canciones que se escuchan una y otra vez sin miedo a aburrir ni hacerte perder la razón