Nacida en los suburbios de Chicago, Deb Ryder empezó a actuar cuando era una adolescente en el famoso club propiedad de su padrastro The Topanga Corral, teloneando a artistas de la talla de Etta James, Big Joe Turner o Taj Mahal aunque sus mayores influencias provienen de Koko Taylor y la mencionada Etta James de la que ha adquirido algunos de sus tics Su voz ha sido descrita como devastadora, poderosa, enérgica, ardiente como el whisky y cautivadora hasta el último aliento Sus giras por Estados Unidos, Canadá y Europa la han consagrado como una de las artistas con mayor proyección y futuro dentro de la disputada escena del blues y también de la música ‘americana’ y con raíces A lo largo de las trece canciones propias que conforman este álbum se encuentran todos los elementos necesarios para convertirlo en un producto de gran calidad y alto voltaje: Una sólida sección rítmica, una guitarra incendiaria, un sugerente y relajado teclado, una percusiva sección de vientos, una cálida y balsámica armónica flotando en algunos temas y una apasionada y envolvente voz que nos canta acerca de la dureza de la vida y del dolor, aunque también pone énfasis en los buenos momentos que la vida nos depara