Desde muy joven el cantante y guitarrista Danny Liston ha estado involucrado en el mundo de la música y en especial en el del rock. Junto a su hermano Pat y su gran amigo Max Baker formaron una banda llamada Mama’s Pride con la que firmaron para el sello Atlantic Records. Después de grabar un par de álbumes se convirtieron en los teloneros de Lynyrd Skynyrd, empezando de este modo a despuntar, aunque el fallecimiento en un accidente de avión de los Lynyrd vio truncada su ascendente carrera. Después de lo sucedido Danny Liston y el resto del grupo se convirtieron en la banda residente de un club en Daytona Beach donde una noche apareció Gregg Allman. Inmediatamente Gregg los fichó como banda de acompañamiento para su siguiente gira en la que, además de acompañar a Allman, eran asimismo sus teloneros como Mama’s Pride.

El alcohol y las drogas hicieron mella en Danny Liston y no fue hasta el momento en el que se casó y dejó la música para ocuparse de su familia y llevar una vida más ordenada cuando pudo curarse de todas sus adicciones. Actualmente es abstemio y se está recuperando de un cáncer.

Con toda la experiencia y madurez acumuladas vuelve de nuevo por sus fueros con este impresionante álbum con diez canciones propias, enmarcadas todas ellas en la música ‘americana’ y el rock sureño de los años setenta y ochenta con influencias blues, junto a un notable plantel de músicos, todos ellos grandes profesionales, además de una sección de vientos en algunos cortes que realzan todavía más si cabe un disco plagado de muy buenas canciones con una producción realmente espléndida y unas letras que nos hablan de las historias que les suceden a los grupos de rock, de la autodestrucción y de cómo ha sobrevivido para volver ahora con energías renovadas y una calidad fuera de toda duda que se hace evidente a lo largo de este magnífico trabajo.