28 Ago Crónica Festival Blues Lucerna (noviembre 2013)
CRÓNICA DEL FESTIVAL DE BLUES DE LUCERNA (SUIZA)
14/16 Noviembre 2013
Texto y Fotos: Roser Blues
La calidad del cartel del Festival de Blues de Lucerna es de sobras conocida por el buen aficionado. Aunque –y no es poco- hemos viajado hasta la bella ciudad de Lucerna, éste viaje se ha convertido en uno muchísimo más largo, ya que con el espíritu y el corazón y gracias al excelente y variado cartel que la organización del festival nos ha ofrecido, hemos podido realizar un largo viaje a los rincones más blueseros de los Estados Unidos.
Para iniciar éste extenso viaje, empezamos tomando un tren imaginario – El Luzern Festival Train- que nos lleva al sur profundo de los Estados Unidos. Allí, sentados en un viejo porche de madera, viendo pasar las tranquilas aguas del Mississippi, Larry Garner nos ha deleitado con su blues acústico, rural y esa voz que sale de lo más profundo de las entrañas. Acompañado por el gran musico alemán Michael van Merwyk, nos deleitan con un repertorio basado en los clásicos, con temas como “Champagne & Refeer” acabando su set invitando a Rick Estrin a unirse con la armónica en un par de temas. Un relajante inicio para este viaje que promete estar lleno de grandes momentos blueseros.
Nuestro trayecto continúa y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en Chicago. Hace frío, sopla el viento, pero el calor del Chicago Blues Allstars inmediatamente cala en nosotros. ¡Qúé menos se puede esperar de una banda compuesta por Bob Margolin, Bob Stroger, Kenny Smith y Zora Young!. Margolin comienza el show con esos temas intensos y sus solos a lo Muddy Waters a los que ya nos tiene acostumbrados que, no por repetidos, dejan de ponernos la piel de gallina, para pasar después la batuta a Bob Stroger, quien demuestra que está en plenas facultades tanto vocales como al bajo en un par de shuffles y un lento espeluznante. La parte más moderna corre a cargo de Kenny, excelente batería que hace caminar perfectamente a toda la banda, y que interpreta un par de temas de corte más funky, para dar paso al autentico poderío de Zora Young, que con su presencia y enorme voz llena todo el escenario de puro Chicago blues con shuffles y algún guiño al gospel y Delta, junto a otros temas que dan variedad a su repertorio como “The Thrill Is Gone”, “Got My Mojo Working”, “I Rather Go Blind” y algunos de corte mas soulero como “Chain”. No quiero marchar de Chicago y seguir escuchando esos blues tan auténticos, pero el viaje debe continuar.+
Nuestro tren se detiene ahora en un pequeño juke-joint. Destartaladas paredes de madera, poca luz, algún neón que centellea… y un viejo bluesman desgranando sus blues. Es Byther Smith. Bien respaldado por una joven y competente banda, a sus 80 años Byther sigue mostrando una bonita voz llena de fuerza y expresividad para cantar esos blues tan descarnados que hablan del dolor, la amargura y el abandono. A la guitarra se muestra bastante económico pero a la vez fino y auténtico, ganando vitalidad cuando Zora Young sube al escenario. Si, sí, es verdad, estoy en un viejo barrelhouse, perdida enmedio del campo, bailando y disfrutando del blues más primitivo y auténtico…
Antes de subir de nuevo al tren viajero, aún puedo disfrutar de una improvisada jam donde a James Harman y sus músicos se unen a Bob Margolin, Byther Smith o Rick Estrin entre otros… pero hay que descansar porque el viaje es largo y debe continuar.
Llega el viernes y de nuevo estamos en ruta. Esta vez vamos directamente a la costa oeste, a la bahía de San Francisco, para escuchar el blues moderno de Rick Estrin & The Nightcats. No le había visto en directo desde los años 90 en que como integrante de Little Charlie & the Nightcats les contratamos para tocar en el festival Blues a l’Estiu de Hospitalet de Llobregat. Es de sobras conocido su virtuosismo a la armónica tanto cromática como diatónica, muy influenciado por Sonny Boy Williamson, Little Walter y Walter Horton (a quien rinde homenaje con un tema intrumental). Estrin ha desarrollado un estilo propio que junto a una voz muy personal, le hace único e inimitable. Además es un showman en escena y no deja nunca de sorprender, gracias a su cuidada presencia, sus trajes hechos a medida, su estudiado peinado y su delgado bigote, su forma de bailar y moverse en el escenario… Especialmente inspirado en un tema en menores, un lentazo terrorifico creo que titulado “Catchin’ Hell” y la canción de su primera época “ If You Dig It, Don’t Do It”, cediendo protagonismo a su guitarrista Kid Anderson en, a mi modo de ver, un excesivamente largo tema “The Legend of Taco Cobbler” que empieza con un sonido parecido al de los antiguos The Shadows con guiños al “spaguetti western” para pasar a un sonido más progresivo con un show cara a la galería que en mi opinión no viene demasiado a cuento pero que no empaña una excelente actuación de Rick Estrin y sus Nightcats que cuentan además de Kid Anderson con Lorenzo Farrell al bajo y órgano y J. Hansen a la batería (original su solo con las luces totalmente apagadas donde sólo se ven sus baquetas fluorescentes).
Cogemos nuevamente el tren sin saber bien hacia donde vamos. Paramos frente a un bonito teatro. Unas bombillas de colores anuncian en la fachada “Diva’s Blues: The Blues Broads”. Allí sobre el escenario están Angela Strehli, Annie Sampson, Dorothy Morrison y Tracy Nelson. Cuatro grandes voces a cual mejor, que nos llegan muy dentro de nuestras entrañas, tanto cuando cantan juntas como en sus intervenciones en solitario, respaldadas por una eficaz banda de acompañamiento. Cada una en su estilo son auténticas divas y se nota que existe una gran comunicación y complicidad entre ellas en el escenario. Annie Sampson y Dorothy Morrison provienen del gospel pero tienen una gran experiencia, habiendo acompañado a primeras figuras del blues y el rock. Angela Strehli es quizás la mas bluesera y se nota que disfruta con lo que interpreta. Todas tienen unas voces increíbles pero si tuviera que escoger una, me quedaría con la de Tracy Nelson que, a pesar de provenir del rock y el country, tiene un feeling increible para cantar blues. Realmente el concierto se hace corto y no nos gustaría que marcharan del escenario pues su calidad y feeling nos ha conquistado a todos.
El tren del festival nos transporta ahora a una discoteca de finales de los 60 o principios de los 70. El espíritu de James Brown flota en el ambiente pero también el de músicos como Freddie King y Luther Allison y por qué no también el de Kool & The Gang o los mismísimos Bee Gees. Dos exhuberantes gogos bailan y mueven las caderas al ritmo del funky y el blues. A sus 80 años Bobby Rush demuestra que sigue estando en forma y nos ofrece un concierto en el que la música y el espectáculo se dan la mano. Extrovertido, comunicativo y muy eficaz a la voz y la armónica, nos llena de soul, funky y blues y tanto él como las dos bailarinas que le acompañan, hacen que no podamos dejar de bailar. La mayor parte de su repertorio está compuesto por rítmos souleros, pero tambien incluye algún electrizante blues, como es el caso de “Five Long years” o “Hoochie Coochie Man”. Es de agradecer que a su edad todavía desprenda tanta energía sobre el escenario y tantas ganas de hacernos pasar un buen rato.
De nuevo en ruta, esta vez hacia Texas para descubrir a Smokin’ Joe Kubeck & Bnois King. Explosivo blues tejano (no en vano Smokin’ había sido el segundo guitarra en la banda original de Freddie King) que combina perfectamente con la más reposada y bien timbrada voz de Bnois King. Dos excelentes músicos que saben combinar perfectamente el blues más cañero junto al Chicago y algún que otro guiño al Delta en un concierto de buen nivel cualitiativo, a los que se une Bob Margolin en un fin de fiesta totalmente bluesero.
Después de tantas emociones un merecido descanso siempre viene bien pero aun nos da tiempo de acercarnos de nuevo a ese viejo club para tomar la última cerveza junto a una improvisada jam con Byther Smith y su banda, Zora Young o Bob Stroger…
Qué rapido pasa el tiempo… Es sábado y subimos al ese tren del Festival que nos lleva a un viaje increíble por el mundo del blues. Empezamos con gran energía de nuevo en California. En el escenario Pat Wilder & Serious Business. Curiosa banda que combina el órgano con una guitarra poderosa y el violín electrificado de Carole Mayedo, que nos retrotrae a los años hippies y a la música de Papa John Creach. Ya conocía a Pat pues la había visto hace unos años en Badalona con los “Music Maker Blues Revue” en un concierto muy entrañable. En esta ocasión su set fue mucho más cañero. Temas clásicos como “Chicken Shack” pero interpretados con un aire muy actual y una guitarra incendiaria para empezar a calentar nuestro viaje.
Siento que la próxima parada del tren no es de mi agrado, así que dejo a Ron Levy en el escenario para entretenerme charlando con mis compañeros de viaje y reponer fuerzas.
Sin movernos de la bahía de San Francisco vemos anunciado a James Harman. Imposible pasar de largo y no me equivoco pues nos brinda un concierto de alto nivel. Harman posee una voz llena de fuerza –posiblemente una de las mejores voces blancas con más feeling para cantar blues-. Acompañado por una banda de lujo en la que destaca poderosamente la presencia de Nathan James que, pese a su juventud, demuestra tener un dominio de todos los palos de blues, desde el low-down hasta el jump blues, el Texas o el swamp blues. Junto a el, Troy Sandon al bajo y marty Dadson a la batería. La nota de color corre a cargo del percusionista James Michael Tempo, que presenta todo tipo de exóticos artilugios de percusión y que afortunadamente consigue sonar bluesero a pesar de que podría haber sido muy fácil caer en ritmos demasiado africanos o caribeños. Una actuación tremendamente efectiva en la que destaca la maestría tanto vocal como a la armónica de James Harman y el excelente dominio de Nathan James que se luce en los momentos en que Harman abandona el escenario. Como no podía ser de otro modo, el concierto alcanza grandes cotas de intensidad, especialmente cuando sube Bob Margolin para interpretar un intenso tema lento “Call Bartender”.
Volvemos a la Louisiana junto a las orillas del Mississippi, tierra de hechizos, de vudu, de blues pantanoso, pero también de blues criollo, zydeco, fiesta y acordeón. Nos encontramos con Johnny Sansone a quien tuve la oportunidad de ver a finales de los 80 cerca de Boston junto a Ronnie Earl y Sugar Ray. Comienza su actuación con auténtico road-blues y boogie, para adentrarse después en el pantanoso swamp blues y conducirnos hasta una auténtica fiesta zydeco, acompañado de una excelente banda incluyendo a John Fohl guitarra, Jeff Bridges (no confundir con el actor de cine) bajo y Rob Lee batería, que le brindan el soporte más adecuado. Con su presencia llena todo el escenario de esos ritmos contagiosos que deseariamos que nunca acabaran.
Desgraciadamente se acaba nuestro viaje. Nuestro tren parte y me quedo sin poder ver a Veronica Sbergia y a algunos otros artistas en una jam de despedida. Este excepcional viaje bluesero ha sucedido en sólo tres días en el Festival de Blues de Lucerna. Un gran festival que año tras año brinda un excelente cartel que supera todas las expectativas y que gracias al conocimiento de sus organizadores con Guido y Martin al frente, deja siempre satisfechos a todos los buenos aficionados que acuden a esta cita anual con el blues de calidad.