CRONICA FESTIVAL BLUES HONDARRIBIA
10 a 13 Julio 2014
Texto y Fotos: Roser Blues

Hay cosas que no deberían cambiar nunca y una de ellas es el Festival de Blues de Hondarribia que tiene tiene lugar en el bello entorno natural de la villa de Hondarribia.
Los que como yo hemos asistido en más de una ocasión, ahora mismo firmaríamos para que se quede siempre como ha sido hasta el momento, gracias a la excelente organización, las facilidades, el amable trato, el buen rollo, la camaradería y el excelente blues que disfrutamos en cada edición de este magnifico Festival.

Todas esto hace que cada año no podamos dejar de faltar a nuestra cita con el festival de Hondarribia, sabiendo de antemano que no nos va a defraudar y que, aunque los nombres del cartel nos atraigan más o menos, vamos a salir siempre satisfechos.

La edición de este año ha reunido un variopinto plantel de artistas, todos han estado a la altura de las circunstancias, derrochando entrega y buen hacer.
Después de una multitudinaria rueda de prensa de Steven Seagal monopolizada por unos pocos y que no nos permitió prácticamente realizar ninguna pregunta, para abrir boca el festival arrancó con tres artistas totalmente dispares, pero que han sido el preámbulo de grandes sensaciones blueseras.

NIA MOORE KING & THE BLUEBIRDS es un dúo local que cubre con solvencia un amplio abanico de estilos de música negra. Elegantes, bien conjuntados y sobrios realizan una actuación para satisfacer a todo tipo de audiencia. Poco a poco se van calentando y calentando también al público, acabando con una excelente versión del tema “Lady Madonna” de Paul McCarney.
Ganadores del European Blues Challenge 2014 celebrado el pasado mes de marzo en Riga, donde compitieron con otras 17 bandas representantes cada una de ellas de un país europeo, lo que les ha permitido participar en muchos de los más importantes festivales europeos, A CONTRA BLUES se han consolidado como uno de los grandes grupos de blues españoles. Como ya he dicho en alguna otra ocasión, además de ser una banda potente y bien conjuntada, tienen la habilidad de saber darle la vuelta al blues y convertirlo en algo diferente y muy personal, sin dejar por ello de ser blues. Una engrasada base rítmica con Nuria Perich a la batería y Joan Vigo al bajo y contrabajo, dan el contrapunto ideal a las guitarras de Alberto Calvillo y Héctor Martín, dos guitarristas de técnicas completamente diferentes pero que se complementan a las mil maravillas. La imponente voz de Jonathan Herrero se hace patente en todas sus interpretaciones, sabiendo además comunicar con la audiencia. En esta su presentación en Hondarribia impresionaron a los asistentes con temas de tan emblemáticos de su repertorio como “Crossroads”, “44 Blues” (Willie Dixon), “Hiding”, “Come On in My Kitchen” (Robert Johnson) o “Brand New Car”, para acabar con una espeluznate versión de “Georgia On My Mind”, donde Jonathan volvió a lucirse cantando a capella sin micro y llenando con su voz todo el recinto.

Tenía curiosidad por ver a STEVEN SEAGAL, ya que para mí era una auténtica incógnita. La verdad es que sin ser un músico excepcional, Steven y su grupo cumplieron con el expediente. Respaldado por una banda bien conjuntada, destacando el trabajo del segundo guitarra, el órgano en algunos temas y el soporte de una segunda voz femenina a los coros, Steven desgranó un repertorio basado en el blues contundente, el boogie blues y algunas gotas de “americana”, finalizando, como no podía ser de otro modo, con una versión del archiconocido “Dust My Broom”. Como guitarrista demostró tener unos buenos conocimientos del instrumento. Flojeó a la voz, sobre todo, después de haber escuchado el tremendo vozarrón de Jonathan Herrero de los A Contra Blues. Como comunicador tampoco estuvo muy brillante, pero fue la nota exótica del festival y arrastró a un buen número de aficionados que abarrotaron el escenario Benta. También es de agradecer que pudiendo tocar otros estilos de música para satisfacer al gran público y llenar estadios, se haya decantado por llevar el blues a audiencias variopintas que, atraídas por su nombre, pueden entrar en contacto con este estilo.

Otro de los grupos locales que se granjearon la simpatía del público fueron los barceloneses LA TESTAPAZZA, tanto en su actuación en el escenario Benta (con un conato de lluvia que no fue a más) como en el del Blues Village (aquí hago un inciso culinario para comentar la excelencia de la gastronomía vasca pero también que tanto la barbacoa como la paella popular del sábado y domingo al mediodía en el Blues Village estuvieron para chuparse los dedos). La Testapazza se presentaron en formato de cuarteto y la verdad es que suenan frescos y sin pretensiones. Su música se basa sustancialmente en el blues campestre, en el que también añaden algunos guiños a los clásicos como “Kind Hearted Woman” o “Can’t Be Satisfied” (buen trabajo de slide). A pesar de su aparente sencillez, nos enganchan con un repertorio variado, bien escogido en el que muestran todo su buen hacer. Mis mejores ánimos a este jóven cuarteto que creo tiene un buen futuro por delante.

También cumplieron y con creces THE BLUES MORNING SINGERS. 
No les conocía al ser una banda de la zona que no ha salido mucho por España, por eso sus dos intervenciones me dejaron un buen sabor de boca. Se nota que conocen los recursos del blues, pues realizan un repertorio variado pero a la vez basado en clásicos como “My Babe” o “Got My Mojo Working”, fácilmente reconocibles por el aficionado, y que por eso siempre son agradables de volver a escuchar y el público así lo reconoció disfrutando con sus intervenciones.

En mi opinión JIMMY BARNATAN estuvo mejor en su primer concierto en la Benta que en el segundo del Blues Village. Jimmy es un músico que cae bien porque su entrega en el escenario es total, canta, baila, se mueve, gesticula, vive los temas que interpreta… lo da todo, no deja nada en el tintero y eso se agradece sobremanera. En su primer concierto realizó una actuación mucho más bluesera y potente, con incursiones en el boogie blues, el blues pantanoso o el rockin’ blues, no nos dio ni un segundo de respiro y su energía nos contagió y nos hizo bailar a todos. Después de su electrizante primer concierto, el del Blues Village me resultó más relajado y con menos garra, con un repertorio más ecléctico que me dejó algo más fría. De todos modos hay que reconocerle una gran voz y mucho sentimiento, junto a una banda, THE COCOONERS, altamente profesional, con un excelente trabajo de bajo y batería y el contrapunto de la guitarra siempre poderosa. No me pareció necesaria la inclusión de un armonicista que no contribuyo demasiado a realzar el sonido de la banda.

GOV’ THE MULE sustituían en el cartel a Canned Heat que, a última hora, cancelaron parte de su gira. La verdad es que aunque ya había visto a Canned Heat en varias ocasiones, me apetecía mucho disfrutar de nuevo con ellos y volver a escuchar una vez más aquellos míticos temas de juventud como “On The Road Again” o “Goin’ To The Country” además de sus hipnóticos y envolventes boogies que me hicieron enamorarme del blues. Gov’ The Mule se presentaban como un auténtico supergrupo liderado por Warren Hayes (Allman Brothers) a la guitarra y voz junto a reputados músicos del hard rock blues. Aunque reconozco la calidad de toda la banda y en especial la increíble voz y el enérgico trabajo de guitarra de Warren, personalmente su concierto me dejó totalmente fría. Además de la poca complicidad que establecieron con el público, su repertorio fue más digno de un concierto de hard-rock que de un festival de blues propiamente dicho (sólo incluyeron un blues y en el bis). En mi opinión faltó algún que otro blues más en su repertorio y me sucedió lo que me suele ocurrir en los conciertos de power rock blues, que después de un par de temas ya lo tengo todo visto, me suena todo igual y no consigue emocionarme como lo hacen guitarristas como Buddy Guy, Son Seals, Freddie King, Luther Allison o incluso Albert Collins. De todos modos el público en general supo apreciar el virtuosismo de toda la banda y la sobresaliente voz de Warren Hayes.

Le reconozco a PABLO CARBONELL su desparpajo y la osadía de subirse a un escenario y llenar una hora larga a base de un humor algo manido y de varias canciones de estribillo fácil y letra jocosa (“Mi Agüita Amarilla”, “Sevillanas Globales”). No le conozco personalmente pero según me cuentan él es así, o lo tomas o lo dejas, pero no se le puede pedir que cambie su forma de ser. Como es un personaje mediático, su nombre arrastró a un público dispuesto a reír sus gracias aunque, personalmente, me sentí decepcionada pues ni su repertorio, ni su actitud, ni su puesta en escena venían demasiado a cuento en la visión global de las excelencias musicales de un festival como el de Hondarribia. Pero no se puede negar que una buena parte del público se lo pasaron en grande y, en el fondo, puede perdonarse y olvidarse una concesión como ésta de cara a la galería.

A pesar de su innegable calidad TAJ MAJAL no ha sido nunca uno de mis bluesmen favoritos. Desde aquella época allá por principios de los 70, en que vivía en una comunidad hippy de La Floresta cerca de Barcelona y donde, según se cuenta, enseñó a tocar blues a Toti Soler, sus incursiones en la música africana y la fusión de ritmos y estilos más eclécticos que a menudo nos ha ofrecido, no suele ser santo de mi devoción. Majal se ha dedicado durante años a investigar en las raíces de la música tradicional de la gente de color y por eso su música suele ser una mezcla de muchas culturas. Sin embargo debo reconocer que en esta ocasión me gustó más de lo esperado. Este año ha sido el artista honrado con el premio Blues Hondarribia 2014, en reconocimiento a su dilatada carrera. Respaldado únicamente por bajo y batería realizó un concierto sobrio y sin fisuras, con un blues envolvente y a la vez muy relajante que nos fue atrapando lentamente con una extraña magia. Demostró buenas cualidades vocales, estuvo elegante tanto a la guitarra como al banjo, se permitió alguna pequeña incursión en los ritmos celtas y africanos, pero básicamente se nutrió de blues profundo, campestre y muy rural con algún que otro guiño a la música zydeco. En definitiva un show de buen nivel cualitativo e interesante en muchos aspectos.

Aunque ya había tenido la oportunidad de asistir a un concierto de LAZY LESTER junto a Jerry McCain hace años en La Boite de Barcelona, esperaba con mucha ilusión volver a ver a esta leyenda viva del blues pantanoso de la Louisiana y al que probablemente y por ley de vida –actualmente tiene ya 81 años- no tendré muchas oportunidades más de verle sobre un escenario. Lazy Lester se presentó acompañado por el grupo madrileño KING BEE –especializados en acompañar a bluesmen de todo tipo- que en todo momento supieron dar el soporte necesario para realzar la figura de éste mítico bluesman representante del blues de los pantanos. A pesar de su edad y de su falta de visión, Lester se mostró con muchas ganas de agradar y se sintió cómodo (especialmente en el concierto del Blues Village), cantó y tocó de pie tanto la guitarra como la armónica y aunque vocalmente ha perdido algo de sus facultades, me emocionaron temas como “Scratch My Bag”, “Waiting For My Ya Ya”, “Big Boss Man”, “Bright Lights Big City” o la archiconocida balada “Raining In My Heart” (Slim Harpo). Me impresionó también la admiración y la devoción con que le escuchaban desde el backstage músicos de la talla de Mike Morgan y Shawn Pittman quienes finalmente subieron al escenario para respetuosamente acompañar al venerable bluesman en un par de temas.

He dejado para el final lo que este año ha sido el plato fuerte del Festival. el TEXAS CROSSROADS, que reunía en un paquete a HOLLAND K. SMITH, MEMO GONZALEZ, MIKE MORGAN y SHAWN PITTMAN, perfectamente acompañados por THE OZDEMIRS con ERKAN OZDEMIR al bajo y sus hijos KENAN OZDEMIR, guitarra y LEVENT OZDEMIR batería, padre, hijo y espíritu santo en todas y cada una de las sesiones que tanto juntos como en en sus actuaciones en solitario nos han brindado estos cuatro “monstruos” del blues tejano. Los Ozdemirs han construído en todo momento un perfecto ensamblaje, mostrando sus excelentes cualidades como músicos, buena técnica y conocimiento del género, sin entorpecer la labor de las estrellas. Además han coordinado también el multitudinario concierto pedagógico del domingo a mediodía. Para The Ozdemirs mi respeto y admiración por el gran trabajo realizado, además de por toda su simpatía y amabilidad.

No podría destacar a uno de estos cuatro músicos por encima de los demás. Quizás por ser el menos conocido para mí y también por su simpatía y su buen rollo, me quedaría con HOLLAND K. SMITH, quien en todos sus shows derrochó energía y buen hacer con impresionantes versiones de temas como “Keep On Knockin’” o “Take Me To the River” “Evil”, “Stagger Lee” o el famoso tema que compuso para George Thorogood “Rock Party”, pero ¡cómo olvidar la elegancia y el punch de MIKE MORGAN!, quien en uno de sus sets se marcó un impresionante “Okie Dokie Stomp”, además de ponerme la carne de gallina con “Frankie’s Blues” o el impresionante blues lento que dedicó al recientemente fallecido armonicista, cantante y miembro de su banda Lee McBee. Por su parte MEMO GONZALEZ derrochó simpatía, ganas de agradar y comunicación con el público en todas sus apariciones, estuvo francamente extraordinario a la voz, con su inmensa anatomía se movió, bailó, nos deleitó también con la armónica y se nos metió a todos en el bolsillo. Se permitió iniciar uno de sus shows interpretando “Come Together” (Beatles), pasando pronto al más festivo blues tejano (“Sweet Little Thing”, “Louisiana Lover Man” de Lowel Fulson) con algunas gotas de blues de la frontera. Después de algún tiempo retirado de la música y de haberle visto en 2011 también en Hondarribia, SHAWN PITTMAN volvía de nuevo al festival y fue de menos a más, se fue creciendo y ganando en feeling e intensidad a medida que pasaban los días, acabando en lo más alto del Olimpo del blues tejano. Shawn hace fácil lo difícil y cuando toca parece que no haga ningún esfuerzo, pero posee una técnica depurada y realiza unos solos que penetran hasta lo más profundo del alma como en el impresionante blues lento “Smell Trouble” o el shuffle “I Call Them What I See Them”. Lo cierto es que después de ver a cada uno de ellos tanto tocando todos juntos como por separado, no podría destacar a ninguno por encima de otro, ¡¡¡me los llevaría todos a casa para que siguieran tocando horas y horas!!!…

Para finalizar el festival nada mejor que una auténtica fiesta tejana, la TEXAS PARTY. Un lujazo disfrutar una vez más y durante más de dos horas de HOLLAND, MEMO, MIKE Y SHAWN junto a los OZDEMIRS, destapando todos y cada uno de ellos el tarro de sus mejores esencias blueseras, transportándonos a un garito en pleno Texas, en un fin de fiesta alucinante que no quisiéramos que acabara nunca. Pero la vida continúa y por eso dejamos el Festival esperando con ilusión las sorpresas que el staff del festival con Carlos Malles al frente, seguro ya nos está preparando para el próximo año.
En definitiva un gran festival de blues, que nos permite año tras año disfrutar de momentos inolvidables de blues, en un ambiente familiar y que, como ya he dicho al principio, espero que no cambie nunca y permanezca fiel al espíritu que le ha hecho grande durante todos estos años.