CRÓNICA FESTIVAL BLUES HONDARRIBIA
 11 a 14 Julio 2013
Texto y Fotos: Roser Blues

El Festival de Blues de Hondarribia se ha convertido en pocos años en el festival de blues por excelencia en España. Todo ello gracias a sus organizadores con Carlos y Fernando Malles al frente que, aparte de mantener la gratuidad de los conciertos y de trabajar duramente para ofrecernos año tras año un excelente cartel, se esfuerzan por lograr una estancia agradable para todos los asistentes, además de dar todas las facilidades para el trabajo de redactores, fotógrafos y medios de comunicación, junto a un excelente trato a todos los músicos participantes y conseguir generar un ambiente familiar entre los artistas y el público en general, lo que hace que siempre nos sintamos como en casa.

Este año el tiempo ha sido realmente veraniego, un calor fuera de lo normal para esas latitudes y únicamente unas horas de intensa lluvia la noche del viernes que no deslució en absoluto el impresionante cartel.

Ávidos de blues nos desplazamos hacia nuestra bella Hondarribia, sabiendo de antemano que vamos a vivir unos días intensos de blues y de reencuentro con los buenos amigos venidos de diferentes rincones de nuestro país… Es jueves y en el escenario Blues Village se presenta JIMMY BARNATÁN & THE COOCONERS. A lo largo del festival Jimmy ha demostrado ser un músico todo terreno, que no se corta ni un pelo y que se ve capaz de rivalizar con la inmensa voz de Sugaray Rayford o de marcarse un rock junto a Carlos Segarra. Tremendamente efectivo y lleno de energía, tanto en ésta su presentación en el festival como en su concierto del viernes en el escenario principal, Jimmy y sus Cooconers presentan dos shows muy variados basados mayoritariamente en el rock blues.

A pesar de que normalmente la noche de apertura del festival no suele incluir nombres de peso, lo cierto es que metidos ya de lleno en el blues, SUGARAY RAYFORD sí fue un nombre de peso que empezó a destapar el tarro de las esencias blueseras. Simpático, carismático, bailongo, divertido, entregado en el escenario y con una voz poderosa y muy efectiva, se metió al público en el bolsillo desde el mismo momento en que apareció en escena. Siempre ataviado con impecables trajes en tonos pastel, bailó y movió su oronda figura con gracia y dinamismo, comunicó en todo momento muy buen rollo, cantó con entrega y poderío y convenció, ganándose a un público que comulgó con él en todas sus apariciones a lo largo del Festival. De este su primer concierto me quedo con un impresionante tema lento que dedicó a su abuela y su madre, ambas fallecidas a causa del cáncer, y las puntuales intervenciones de RJ Mischo, Big Pete y Randy Chortkoff quien se marcó una excelente versión del famoso tema de Willie Dixon “Wang Dang Doodle” y que fueron un aperitivo que lo que íbamos a degustar en sus siguientes shows.

La jornada del viernes se inicia a última hora de la tarde en la plaza del Obispo en el casco viejo. Venidos desde Barcelona WAX & BOOGIE son los encargados de abrir el apetito bluesero en esta jornada. El efectivo groove de Regi Vilardell a la batería, el incendiario piano de David Giorcelli y la imponente voz de Ster Wax inundaron la plaza del Obispo de blues y boogie, despertando a la audiencia y subiendo la ya de por sí alta temperatura ambiental, gracias a un repertorio muy variado que incluye electrizantes boogies –Ten Minutes Boogie” (Pete Johnson), alguna composición propia de David Giorcelli como “Lost In a Dream” que da título a su último álbum, blues clásico -“Don’t go no further” (Willie Dixon)- y algunas pinceladas de rock y soul -“Mary Ann” (Ray Charles), “It Hurts So Hard” (Susan Tedeschi)-.

Personalmente me quedó con su segunda actuación el mediodía del sábado mucho más dinámica y participativa y en la que los tres músicos se mostraron mucho más relajados, creciéndose y dando lo mejor de sí mismos.

Este año bajo el epígrafe “Crossroad” se han unido una serie de músicos europeos de la mano de MIKE SPONZA & TONKY DE LA PEÑA. El propósito es reunir en una misma banda músicos de diferentes nacionalidades europeas para demostrar que el blues no entiende de culturas, razas o fronteras y que puede fusionar diversas concepciones y estilos. Este es un proyecto que Mike Sponza viene realizando en Europa desde hace ya algunos años. Una muy buena idea pero que en esta ocasión no acabó de cuajar entre el público, quizá debido al desconocimiento de muchos de los nombres que integraban la banda y que eran Mike Sponza, guitarra, Tonky De La Pena, guitarra, voz, Matej Kuzel, saxo tenor, Matyas Pribojszki, armónica, Moreno Buttinar, batería, Martin Gasselsberger, piano y Mauro Tolot, bajo, músicos todos ellos bien conocidos en sus respectivos países (Eslovenia, Italia, Suiza, Austria, Hungría, España…) pero a los que les faltó ese punto especial que hace que un concierto pase de correcto o bueno a sublime, a pesar de las ganas de agradar de todos ellos y especialmente de Mike a la guitarra y Matyas a la armónica y con una voz llena de garra. Eso no quiere decir que el público no disfrutara del concierto, pero faltó un punto de magia. Repertorio variado con la inclusión de algunos clásicos (“You Can’t Judge A Book By Looking At Its Cover”, “Little By Little”…), en el que todos los músicos se repartieron el protagonismo.

Para cerrar la noche uno de los nombres que había generado más curiosidad. Se presentaba la joven revelación de la guitarra MALINA MOYE. Blandiendo su Fender Stratocaster, dotada de un atractivo físico y muy bien respaldada por una eficaz banda, realizó un concierto basado en el power blues. el rhythm & blues y el funk, en el que el auténtico blues brilló por su ausencia (si no recuerdo mal sólo incluyó un blues en su repertorio). Demostró ser una excelente guitarrista y una esforzada cantante, aunque personalmente no me aportó nada ni me hizo vibrar. En conciertos como éste siempre me suele ocurrir que después de los dos o tres primeros temas me da la impresión de tenerlo todo visto y que ya no va a haber nada que me emocione. Y así me ocurrió con Malina. Un buen envoltorio, una música muy bien presentada, un gran diseño del show, unos músicos dotados de gran técnica, pero sin el duende y aquel sentimiento que hace que artistas de menor técnica, más rudos y descarnados te golpeen las entrañas y hagan que se te ponga la piel de gallina.

Casi sin darnos cuenta hemos llegado al sábado y afortunadamente aún nos queda mocho por disfrutar. De momento empezamos reponiendo fuerzas con la barbacoa popular con WAX & BOOGIE y JIMMY BARNATAN & THE COCOONERS, para, a media tarde, asistir a uno de los actos más culturales, la proyección del documental “Hondarribia Crossroads, El Punto de Encuentro” realizado por Bad Music hace un par de años, que refleja lo que fue aquel encuentro de algunos de los ‘grandes’ del blues nacional, seguido de la conferencia musicada “100 Años de Leyenda, Mr. Pinetop Perkins” por Manuel López Poy junto a David Giorcelli y Regi Vilardell. Perkins había estado en Hondarribia en 2010 con más de 90 años y nos había enamorado a todos. Por eso es una muy buena idea rendirle un homenaje después de su fallecimiento y, a pesar de que sólo se esbozan unas pinceladas de la vida y obra de Pinetop Perkins, el contrapunto de la interpretación de David y Regi confieren variedad y dinamismo y es ahí donde Giorcelli demuestra que es conocedor del género y que puede interpretar diferentes ‘palos’ del blues y sonar como los maestros.

Cae la tarde y es agradable dirigirse al casco viejo disfrutando del precioso panorama para escuchar a TONKY DE LA PEÑA y su banda. Curiosa apuesta la que viene realizando Tonky últimamente, dando cabida en su grupo  a jóvenes valores del blues, en este caso Adrian Cervera a la batería y Sami a la armónica, bien respaldados por Tomas Crushier también a la armónica, César Crespo a la segunda guitarra y Ricky Avila al bajo. Se nota que su apuesta es muy didáctica, ya que el repertorio está formado básicamente por clásicos como “My Babe”, “Everyday I Have The Blues”, tema en el que invita a Nico Wayne Toussaint a subir al escenario, “I’m A Lonely Boy”, “Boom Boom” o su conocido “Ponme Otro Whisky”. Un concierto correcto donde Tonky demuestra su experiencia y veteranía a la guitarra pero quizá lo más interesante es ver la progresión de esos jóvenes valores blueseros que, si no abandonan y siguen practicando, en unos años pueden llegar a convertirse en la nueva savia del blues nacional.

Puntualmente como es norma en todo el festival, lo que siempre se agradece, aparecen LOS ROMÁNTICOS en el escenario principal de La Benta. Debo reconocer que no conocía mucho la trayectoria de esta banda y me sorprenden por sus ganas de agradar y su respeto a los clásicos. Liderados por Iker Piris, tanto en esta su primera actuación como el domingo en la paellada, me encanta su sencillez no exenta de calidad y su buen hacer y conocimiento del lenguaje bluesero. No intentan innovar sino más bien perpetuar y creo que lo consiguen totalmente.

Y sin casi darnos cuenta ya tenemos en el escenario a SHEMEKIA COPELAND, hija del malogrado cantante y guitarrista tejano Johnny Clyde Copeland, a quien tuve la suerte de ver y charlar en el backstage en un concierto en Barcelona allá por mediados de los 80. Shemekia no es una cantante al uso, ya que únicamente basa todo su show en la calidad y potencia de su voz perfectamente arropada por una buena banda. Vestida de forma muy informal con chaqueta y falda tejana, desgranó una serie de temas, algunos de su último disco “33 1/3!” cantados de forma poderosa y una voz que deja ver sus profundas influencias gospel mezcladas con algunas gotas de funky. Temas como “Lemon Pie”, “Big Loving Woman” o “Mississippi Mud” aunque para mi su mejor tema fue “Ain’t Gonna Be Your Tattoo” con un ritmo envolvente y pantanoso que me produjo escalofríos. Un muy buen concierto pero que, en mi opinión, fue de más a menos, faltándole quizás algo de chispa al final, pues hoy en día ya no debe fiarse todo sólo a una gran voz.

Y llegamos a quizás el punto culminante de todo el festival, DELTA HARP BLAST, un supergrupo con la base rítmica de los Mannish Boys más el concurso de Sugaray y cuatro armonicistas de lujo, BIG PETE, MITCH KASHMAR, RANDY CHORTKOFF y RJ MISCHO. Qué puede decirse de una banda con una sección rítmica como la constituida por los legendarios JIMI BOTT a la batería y WILLIE J. CAMPBELL al bajo, más los excelentes guitarristas FRANK LEONARD GOLDWASSER  (conocido hace años como PARIS SLIM) y SANDER KOOIMAN. La verdad es que bajo y batería son unas autenticas apisonadoras, unas máquinas del tempo y el ritmo que hacen brillar a cualquier solista y si éstos son de la calidad de los que estuvieron en el escenario, el éxito está garantizado. Superbandas como esta son sinónimo de variedad, pues los solistas se alternan en el escenario o bien participan unos con otros para llegar al climax final todos juntos volviendo al público loco. No puedo destacar a uno sobre los demás pues todos ellos brillaron a gran altura. En mi mente queda el recuerdo de un concierto imborrable y de momentos como los de Randy interpretando “I’m Ready” pero con un ritmo que recordaba el tema “Scratch My Back” por los Fabulous Thunderbirds, aunque originalmente sea de de Slim Harpo, el poder de comunicación y la voz de Sugaray, RJ Mischo y la brutal “The Hucklebuck” que se marcó, sin olvidar su dueto con Willie J Campbell, Big Pete con una voz llena de feeling que a veces me recordó a la del legendario Jeremy Spencer (Fleetwood Mac) y sus interpretaciones de temas como “Chicken Shack” o el “Early in the Morning” de John Lee Sonny Boy Wiliamson, hasta llegar a Mitch Kashmar, el único que nos ofreció un instrumental con la cromática junto a algún tema de corte New Orleans o algún shuffle de Chicago, además de su preciosa versión de “Rambling On My Mind”, para acabar todos en el escenario en un fin de fiesta que hubiéramos deseado no finalizara en toda la noche.

Siento perderme el domingo por la mañana el concierto pedagógico, sin duda uno de los actos más simpáticos de todo el festival y además esta vez con Sugaray y los Delta Harp Blast. Me cuentan que a pesar de que los niños se sintieron un poco impactados por la impresionante presencia de Sugaray, pronto supo ganárselos con su simpatía en un acto tremendamente participativo y que constituye una buena semilla para los futuros amantes del blues.

El Blues Village se va llenando y generando un muy buen ambiente. Excelente paella, buena temperatura y, por supuesto, blues con los ya comentados Románticos y Tonky Blues Band.

También es agradable disfrutar de una relajada tarde junto al mar, con algo de tristeza porque ya vamos llegando al final, así que hay que vivir los buenos momentos que nos quedan y el concierto de MITCH KASHMAR en el escenario de la calle San Pedro es uno de ellos. De nuevo la base rítmica de los Mannish Boys es garantía de calidad y tanto ellos como Mitch no defraudan. Temas en menores, canciones de corte más funky, escalofriantes lentos, alguno de Jimmy Rogers, o el excelente “Whiskey Drinkin’ Woman” muy en el estilo de Kim Wilson, nos contagiaron a todos en un concierto que so nos hizo corto.

Sin duda el nombre más esperado por el publico en general era el del legendario musico inglés ERIC BURDON, la voz más negra del British blues y al que no había visto en directo desde hacía ya un montón de años. Mis recuerdos son de aquel increíble concierto en Barcelona del año 81 junto a Louisiana Red, en que el Eric acabo subido sobre los hombros de Louisiana bailando los dos en el escenario. Para mi Eric es uno de mis iconos de juventud por lo que tenía unas ganas enormes de verle de nuevo y no me defraudó en absoluto. Quizá su voz ha perdido un poquito de fuerza e intensidad, pero a sus 73 años, demostró estar todavía en buena forma y su voz aún consiguió ponernos la piel de gallina. Arropado por una poderosa banda con dos baterías y percusión, bajo, dos teclados y flauta, inició su concierto con el legendario “When I Was Young” que ya consiguió emocionarnos. Después de recibir de manos de Carlos Malles el premio que anualmente otorga el festival como reconocimiento a toda una trayectoria musical, fue combinando perfectamente algunos de sus grandes éxitos “Don’t Let Me Be Misunderstood”, “Spill de Wine” (¡cuántos recuerdos me trae este tema!), “It’s my Life” “I’m Crying” o, por supuesto, “The House Of The Rising Sun” con composiciones más actuales, algunas incluídas en su último disco “Til Your River Runs Dry” como “Wait”, “River is Rising”, una balada lenta con toques de música sudamericana o “Devil & Jesus” sin olvidar los viejos blues como “Before You Accuse Me”, “Bo Diddley Special” con un gran trabajo de órgano , “Boom Boom” o un escalofriante blues lento “Crawling King Snake” cantado únicamente con el respaldo de una guitarra acústica y esas partes tan sugestivas casi recitadas en medio de las canciones. Verdaderamente Burdon nos ha convencido a todos una vez más con la fuerza y el poderío que aún conserva.

Aún tenemos una última oportunidad de ver a los MANNISH BOYS junto a todo el equipo de estrellas. En el escenario Blues Village, tan cerca de nosotros que casi podemos tocarlos, nos vuelven a emocionar con un excelente show. Les tengo tan cerca que casi me parece como si estuvieran tocando para mí sola, y disfruto de todos y cada uno de ellos. Abre el fuego Frank Goldwasser con “Rolling & Tumbling” para dar paso a Randy Chortkoff con una ejecución limpìa y muy tradicional, que alterna con Big Pete, quien dedica el tema “Mean Old World” de Little Walter, al que hasta hace poco tiempo fue la voz cantante de los Mannish Boys, Finnish Tasby, actualmente hospitalizado, junto a un sentido homenaje con el tema “How Long Blues” a Kid Ramos, en su ardua lucha contra el cáncer que me llega muy adentro y me emociona. Poco a poco el escenario se va llenado con Sugaray, RJ Mischo y Mitch Kashmar en un fin de fiesta maravilloso y un público entregado que no quiere dejarles marchar.
Hay que cerrar la noche y el Festival con alegría, así que el rock blues contagioso, bailable y pegadizo de SEGARRA INN BLUES es lo mejor para quitarnos la tristeza del adiós. Carlos sigue fiel a sus orígenes, puro y desgarrado rock & roll y blues de carretera, machacón y sin concesiones y muchos guiños a los clásicos como “Rocky 88”, “Caledonia”, “Suzie Q”, “No Particular Place to Go”, “Boom Boom”, Hey Bo Diddley” junto a la colaboración de Jimmy Barnattan en un par de temas para cerrar un excelente cartel.

El Festival de Blues de Hondarribia nunca defrauda. Hay momentos en que según la sensibilidad de cada uno podrán gustar más o menos, pero siempre mantiene el espíritu bluesero y una calidad fuera de toda duda, gracias al conocimiento y buen hacer de todos sus organizadores. Es por todo ello que, como no podía ser de otro modo, ya estamos esperando la próxima edición del Blues Hondarriba 2014. ¡Hasta el año que viene!