Durante estos dos últimos años de pandemia el cantante y guitarrista Colin James, uno de los grandes nombres del blues de Canadá, ha tenido tiempo para escribir un gran número de canciones. Para él ha sido una tarea difícil escoger sólo trece de esas composiciones para este nuevo álbum. Una vez realizada la selección de temas y junto a su productor Dave Meszaros organizaron tres sesiones de grabación en Vancouver y el resto se grabó y mezcló de forma remota en diferentes estudios a ambos lados del Atlántico.

Aunque esta forma de trabajar no sea la que más le gusta porque James prefiere hacerlo de manera presencial, el resultado final es un inmenso disco de enorme calidad técnica. Los blues no paran de sonar y sucederse de manera continua, siempre interpretados de forma visceral, confirmando una vez más la calidad y la vistosa presencia de un artista que posee en su curriculum un disco de platino y millones de visitas tanto en Youtube como en Spotify, además de haber ganado en veintisiete ocasiones los más prestigiosos premios de blues de Canadá como son los Maple Blues Awards.

Un disco que se hace imprescindible para el auténtico aficionado al blues eléctrico actual pero que, al mismo tiempo, continúa con la tradición del blues de la vieja escuela.