El cantante y guitarrista Charlie Morris no puede permanecer en silencio ante la actual situación política, sanitaria o social que ocurre no sólo en su país sino en todo el mundo, que denuncia a través de las letras de sus canciones. Pero, en este nuevo disco, no todo son letras comprometidas sino que también hay espacio para la alegría y el desenfado. En este trabajo nuestro hombre presenta doce temas en los que abarca géneros como son el blues, el folk, el rock y otros estilos algo más personales e íntimos.

La variedad y el buen gusto son normas habituales en la música de este interesante artista en los que los diferentes mensajes que transmite hacen que, a lo largo de los cincuenta y dos minutos de duración del disco, el oyente pueda experimentar diversos sentimientos y sensaciones como la amargura, el enfado, la negatividad, la ira y en ocasiones el algo totalmente antagónico a todo ello como la esperanza o la alegría.

Charlie Morris se encuentra a la guitarra y la voz junto a Kevin Wilder a los teclados, Andrew Lack al bajo, Eric Elsner a la batería y una serie de invitados como entre otros los vocalistas Amanda Frick y Mikay, el armonicista TC Carr, o el teclista Ross Rice. Todos ellos ayudan a definir el diverso cromatismo sonoro que transmite el álbum.