Un álbum delicioso, con un Catfish Keith francamente inspirado en todas y cada una de las trece piezas que interpreta. Como sus anteriores grabaciones, este disco es un paseo por las raíces de la música afroamericana. Keith nos ofrece un puñado de gemas de alto calibre, que van desde Skip James a Sister Rosetta Tharpe, Leadbelly, Robert Wilkins o Blind Willie Johnson y, por supuesto, otras joyas originales del propio Catfish Keith. La variedad de guitarras de las que hace gala en este disco es enorme, ya que prácticamente emplea una por canción como, entre otras, la Nacional Reso-Phonic, Radio Tone Nacional, Baritone Tricone Nacional, Bottleneck Baritone Tricone, Little Revell Parlor, Delphi, etc. Un gran álbum que hace justicia a la calidad de este gran exponente de la más pura tradición sureña del blues arcaico.