Cuando el renombrado productor e ingeniero de sonido y ganador de varios Grammys Tony Daigle asistió casualmente a un concierto de Cary Morin en el club Artmosphere de Lafayette, Louisiana, quedó impresionado por su técnica a la guitarra, sus personales canciones y su cautivadora voz Inmediatamente decidió que tenía que grabar un álbum con él y el resultado es este álbum que aquí comentamos A lo largo de los años Cary Morin ha desarrollado un estilo que él mismo denomina como Native Americana y que podría definirse como una mezcla de la música americana con raíces, a la que le añade jazz, blues, country, bluegrass e incluso bayou de los pantanos, estilos a los que une una voz adecuada que le permite cantar tanto tristes baladas como canciones más correosas pero a la vez sabrosas y llenas de vitalidad Estudioso del estilo fingerpickin’, Morin siente también debilidad por la música zydeco, cajún y los blues de Piedmont, sonidos que también aparecen en este disco con doce canciones propias en las que está acompañado por Corey Ledet al acordeón, Eric Adcock al piano, hammond B-3 y teclados, Beau Thomas al violin, John Fohl y Keith Blair a las guitarras, Lee Allen Zeno al bajo, Brian Brignac a la batería y Celeste Di Lorio a las armonías vocales