Desde su nacimiento la vida de Brandon Isaak ha estado rodeada de blues. Sus padres eran propietarios de un par de clubs de blues y su padre Ed Isaak era también músico profesional. Gracias a ello desde muy joven Brandon tuvo la oportunidad de acompañar a muchos de los músicos se quedaban durante dos o tres semanas para actuar en ambos clubs. De todos ellos Brandon aprendió los secretos de este estilo y pronto decidió iniciar su carrera como músico. Gracias a su conocimiento y versatilidad Brandon Isaak actúa tanto en solitario como en formato de dúo, trío o también con su propia banda compuesta por cinco músicos, The Saints Of Swing. En este trabajo se presenta en solitario con el único apoyo de Keith Picot al contrabajo y voces, mientras que Isaak se encarga de la voz, guitarra, armónica, piano, batería, banjo y guitarra lap steel en once canciones que dan cuerpo, forma y vida a este cálido y en ocasiones intimista proyecto. La autenticidad, la pasión y la atmósfera que se perciben a medida que vamos escuchando el disco desprenden mucha intensidad y un innegable poder de comunicación. Un trabajo tórrido y envolvente con una excelente interpretación y buenas letras, que dejará sorprendido a más de uno.