Blackburn Brothers descienden de una familia de esclavos. Uno de sus antepasados llamado Elias Earls y nacido en Kentucky 1792, escapó de sus amos huyendo a Canadá en el Undergrown Railroad en busca de la libertad.

Casi todos los aficionados conocen la historia del blues y de los músicos que desarrollaron este estilo en Estados Unidos, pero es más difícil conocer qué ocurrió con los músicos que viajaron a Canadá, estableciéndose y llevando el blues a este país. Todos ellos aportaron la cultura, la historia y principalmente la música que formaba una parte esencial de su vida.

Parte de esa herencia está recogida en la música que los Blackburn Brothers desarrollan y que se nutre de blues, pero también y de mucho soul y algo de funk, con unas letras que nos hablan de la libertad, la unidad del pueblo de color, la familia, las historias de los negros canadienses, el amor y el legado de una cultura que no debe desaparecer.

Once canciones en las que se concentra y se percibe todo lo que estos músicos son capaces de aportar, con grandes dosis de modernidad y buen hacer para conformar unos ritmos totalmente actuales pero entroncados en la más pura tradición de la música afroamericana.

Duane Blackburn a la voz, órgano, piano, Brooke Blackburn y Robert Blackburn a las guitarras y voces, Nathan Blackburn al bajo y Cory Blackburn a la batería forman un grupo totalmente compacto y perfectamente engrasado, tal como se aprecia en este magnífico álbum que el buen aficionado a la música negra no debe perderse bajo ningún concepto.