La infancia de Bill Johnson transcurrió en la isla de Vancouver Allí un profesor suyo descubrió su talento para la música y le consiguió una guitarra eléctrica Su hermano mayor era un gran aficionado al blues y eso influyó poderosamente sus gustos musicales Viviendo en una isla Bill no tenia demasiadas posibilidades de desarrollar su carrera, asi que se trasladó a Calgary donde empezó a actuar en el club The King Edward Hotel como sustituto cuando fallaba alguno de los guitarristas Eso le dio la oportunidad de tocar junto a bluesmen de reconocido prestigio desarrollando un amplio conocimiento del género Cuando estaba empezando a triunfar tuvo que volver a Vancouver a cuidar de sus padres muy enfermos y no fue hacia el año 2006 que pudo volver a la música y empezar a desarrollar de nuevo sus proyectos En 2012 recibió varios premios pero otra vez la desgracia se cernió sobre él y tuvo que aparcar su carrera para cuidar a su esposa enferma de cáncer Superado el trance ahora nos presenta su cuarto trabajo con un puñado canciones compuestas por él mismo, todas ellas impregnadas de un gran sabor Una vez más Bill se mueve en el blues con arte y precisión, gracias a su innovador y elegante gusto tanto a la guitarra como a la voz Acompañado por una banda impecable y llena de acierto, convierten este disco en uno de los más interesantes trabajos de blues grabados en Canadá en el último año