Sin duda el cantante, guitarrista y armonicista Big Dave McLean es uno de esos músicos legendarios que contribuyeron a forjar la escena del blues en Canadá.

Nacido en los años 50, pronto se estableció en Winnipeg donde empezó su carrera musical, siendo conocido como el “príncipe de las praderas”, aprendiendo de músicos como Muddy Waters a quien tuvo el placer de acompañar en diversos conciertos durante los años setenta. Actualmente Big Dave es un músico respetado y admirado, no sólo por su trayectoria, sino también por el feeling que comunica en todos y cada uno de los explosivos shows que realiza en todos los rincones de Canadá. Esta pasión ha atraído a muchos músicos jóvenes que ven en él a un maestro y un héroe, como es el caso de Colin James, Shaun Verrault, o Luke Doucette que se han convertido en sus aventajados discípulos.

En las canciones de este nuevo disco Big Dave McLean muestra su conocimiento de los diversos estilos de blues que más le han influido, como son el blues de Chicago, el del Delta o incluso el Texas blues, capturando con fidelidad ese modo tan personal que tiene de interpretar los blues, gracias a su especial timbre de voz, su dominio de la guitarra y la steel guitar pero, sobre todo, por la intensidad que pone en cada una de las catorce canciones del disco.

Dave ha sabido también escoger a unos músicos que le proporcionan el soporte y la calidad necesaria para que todo suene con brillantez, como son Jesse O’Brien al piano, Jim Bowskill al bajo, contrabajo, guitarra y armónica, Steve Marriner a la batería, armónica y guitarra rítmica y finalmente Dave Mowat a la armónica y coros.

Un disco de blues sin concesiones, a veces áspero y descarnado, pero siempre genuino y auténtico.