Nacido en Atalla Alabama, Jerry McCain (1930-2012) fue un armonicista que marcó una época en el mundo del blues, no sólo por su inmenso talento sino también por ser uno de los innovadores de la armónica amplificada, además de haber colaborado con los grandes nombres del blues de la época.

Desde muy pequeño sintió devoción por la armónica y como su familia era muy humilde, se dedicó a recoger chatarra para poder comprarse una. Empezó a tocar en la calle y en pequeños bares hasta que, en 1953, grabó su primer disco para Trumpet Records. A partir de ese momento comenzó a trabajar y desarrollar su técnica para amplificar la armónica, convirtiéndose en uno de los grandes del blues, especialmente a partir de la publicación de su canción “She’s Tough”.

Durante muchos años The King Bees fueron su grupo de acompañamiento con los que compartió miles de kilómetros, sesiones de grabación, risas, anécdotas, conciertos y ensayos. Para una banda de jóvenes blancos locos por el blues, aquello fue una experiencia increíble que quieren relatar en las notas de este disco que rinde homenaje a un inimitable artista con una destacada personalidad tanto dentro como fuera del escenario y que la compañía Wolf Records acaba de publicar.

Son diecisiete canciones que recogen diversas épocas de este carismático bluesman, la mayoría de ellas acompañado por los King Bees formados por Rob Baskerville a la guitarra, Penny Zamagni al bajo (ambos son los que escriben las notas del álbum con un sinfín de recuerdos personales) y los baterías Russ Wilso, Mike Rhoades y Bave Barbour. El disco cuenta también con un par de temas en los que participan Chick Willis y Nappy Brown.

Escuchando estas grabaciones, uno puede darse cuenta inmediatamente de que Jerry McCain fue un verdadero genio con una arrolladora personalidad, que supo innovar y darle nueva vida a la armónica de blues, al margen de los famosos Little Walter, George Smith y Walter Horton.