¡Qué placer escuchar este disco de auténtico blues de Chicago a cargo de dos grandes músicos como son Bob Corritore y Willie Buck!! Este disco nos devuelve a las épocas de esplendor del blues de Chicago de los años 50 y 60, gracias a dos consumados maestros del género.

Trabajador incansable, enamorado del blues y toda una institución en el mundo de este género, Bob Corritore no deja nunca de sorprendernos con discos impresionantes que son verdaderas joyas para el aficionado. Esta vez lo hace junto a Willie Buck, uno de los últimos cantantes de la vieja escuela que durante más de cuarenta años ha sido uno de los grandes de la escena musical de la ciudad, liderando su banda por la que pasaron nombres como Louis Myers, Eddie Taylor, Sammy Lawhorn, Magic Slim, Byther Smith, Johnny “Big Moose” Walker o Big Leon Brooks.

Bob y Willie se conocieron a finales de los años 70 cuando Willie invitó a Bob a unirse a su banda. Trabajaron juntos durante diez años y cuando Bob se fue a vivir a Phoenix, Arizona en los años 80, su amistad continuó y se han reunido al menos una vez al año para tocar juntos. Este disco es un magnífico ejemplo del feeling que surge entre ambos músicos cuando se encuentran para hacer suyos esos viejos blues de Chicago que transmiten toda la esencia, la sustancia y el carácter de unas canciones que te llegan hasta el fondo del alma.

Diez impresionantes blues dan forma a este disco perteneciente a la extensa colección de Bob Corritore y grabado en tres sesiones entre 2021 y 2023, excepto una canción que se grabó en 2010. En el disco se encuentran músicos de lujo tales como Bob Stroger al bajo, Bob Margolin que pone su guitarra en seis temas, los guitarristas Jimi Primetime Smith, Billy Flynn, Mojo Mark y Jon Atkinson, los pianistas Anthony Geraci y Ben Levin, los baterías Wes Starr y Brian Fahey y finalmente Try Sandow al bajo en un tema.

Hoy en día que lo que prevalece en el blues es la innovación, la técnica depurada y la experimentación en nuevos campos y sonidos, encontrarse con un disco como este es pura delicia y demuestra que el blues no necesita de grandes ornamentos sino de autenticidad para transmitir ese feeling que solo los maestros del género saben comunicar simplemente con unas pocas notas. Bob Corritore no ha venido para innovar sino más bien al contrario, viene para perpetuar y en los años que corren esto es algo muy necesario.