Este álbum es cosa fina, pura dinamita, efervescente, dinámico, competente, contundente Trece temas que van desde composiciones de Gene Barge a Lowell Fulson, Roy Milton, Eddie Jones o Eddie Boyd y algunos más, todos a cual mejor, una verdadera pasada, una cascada de sonidos entroncados en la mejor tradición del blues tejano, del West Coast, del swing y del jump, todo ello a cargo de una banda formada para la ocasión, The Knickerbocker All-Stars Su nombre proviene del legendario Knickerbocker Café situado en la ciudad de Westerly en Rhode Island, donde durante los años setenta y ochenta The Roomful Of Blues tocaban cada domingo Aquellos conciertos atraían a un gran número de fabulosos músicos que se unían a la fiesta en unas sesiones increíbles, que eran algo fuera de serie El batería era Bob Christina, (hermano de Fran, batería por aquellos años de The Fabulous Thunderbirds) y ha sido precisamente Bob quien ha conseguido reunir a algunos de aquellos insuperables artistas para formar esta Knickerbocker All-Stars Entre los músicos que intervienen en esta singular y atractiva banda reunida para la ocasión están Curtis Salgado, Johnny Nicholas, Sugar Ray Norcia, Dave Maxwell, Al Copley, Rich Lataille y por supuesto Fran y Bob Christina, aparte de muchos otros monstruos del blues de la zona alta de la costa este El disco no tiene desperdicio y debe ser considerado una pequeña obra de arte de la música más genuina y atractiva que tanto nos complace y que amamos con locura