Después de treinta y cinco años de carrera Kelly Richey se ha superado a si misma con éste nuevo trabajo, que es su dieciseisavo álbum editado hasta el momento Esta vocalista, compositora y excelente guitarrista nos presenta diez canciones cuyo denominador común y nexo de unión entre todas ellas son sus poderosos y energéticos solos de guitarra, junto a la mezcla de blues, funk, rock, americana y música electrónica, de la cual hace una arma poderosísima para fagocitar el aburrimiento de cualquier individuo que tenga un mínimo de sangre en las venas Kelly canta también con gran autoridad y aplomo en todos los temas, mostrando que, con el paso de los años, su voz ha alcanzado unas cotas de madurez difíciles de superar, ya que ha conseguido llegar a un gran nivel, gracias a una voz curtida en los mil y un tugurios por donde ha paseado su música, su profesionalidad, su energía y, en definitiva, su buen hacer Además de Kelly a la voz y la guitarra están también Rikk Manning al bajo y Tobe Donohoe a la batería, más diversos invitados en algunos temas El álbum ha contado con una supervisión y una producción muy cuidada puesto que han sido añadidos algunos efectos especiales de estudio, fruto del propio bajista y productor Tobe Donohoe