No sólo el público sino también los músicos han vuelto con más ganas y energía que nunca después de la pandemia que hemos padecido. Este es el caso de Katie Knipp que vuelve como una apisonadora o, si se prefiere, como un auténtico torbellino, arrasando todo lo que encuentra en su camino y lo hace con este disco grabado en vivo desde el Green Room Social Club ubicado en Placerville, California.

Con una voz que a veces pudiera recordar a la de Memphis Minnie, Katie no solamente se limita a cantar, sino que muestra su vertiente más talentosa tocando los teclados, el dobro y la armónica, acompañada para la ocasión por unos músicos muy intuitivos como son Chris Martínez a la guitarra, Otis Mourning a la percusión, clarinete y saxos, Zak Proteau al bajo y Neil Campisano a la batería.

Para este sensacional concierto Katie escogió un repertorio formado por canciones propias provenientes de sus álbumes grabados desde el 2005 hasta la actualidad. De este repertorio se escogieron doce canciones que son las que se incluyen en este disco y en las que nuestra artista muestra toda su magnífica versatilidad y buen gusto, no exento de un toque de crudeza, además de la inventiva que llevan implícita todas sus composiciones propias, sin olvidar el talento y la intuición de los que hace gala. Todo ello se une para hacer de ella una artista de gran fiabilidad artística.