Los amantes del blues de Texas, el de Chicago y el West Coast blues están de enhorabuena con la publicación del cuarto disco del cantante y guitarrista Dennis Herrera, un músico nacido en San José, California y que, siendo un niño allá por los años 60, vivió de primera mano todo el movimiento hippie, escuchando en la radio de su madre infinidad de discos de artistas como Yardbirds, Animals, Rolling Stones, Beatles, Sam & Dave o Wilson Picket. A los 15 años tuvo la oportunidad de ver en directo a James Brown y quedó tan impresionado que desde aquel momento decidió que iba a dedicarse a la música. Gracias a una guitarra que le había regalado su abuelo, empezó a tocar en fiestas estudiantiles hasta que uno de sus profesores le animó a presentarse a un concurso de nuevos talentos. Escuchando a bandas como los Stones o Savoy Brown interpretar versiones de grandes bluesmen descubrió a Willie Dixon, Sonny Boy Williamson, B.B. King, Howling Wolf o John Lee Hooker y, aunque a lo largo de su carrera ha realizado diversos proyectos de diferentes estilos, desde hace un tiempo ha decidido dedicarse más profundamente al blues, musica que siempre ha estado presente en su vida.

Este disco es una buena prueba de la habilidad de Dennis a la hora de interpretar un repertorio basado en los ritmos más tradicionales del blues siempre con un aire muy actual y que hacen que Dennis Herrera haya consolidado su buena posición en la escena del blues.

Diez temas propios más dos bonus tracks remezclados para la ocasión dan forma a este interesante álbum en el que Dennis se ha rodeado de un excelente grupo de veteranos y muy profesionales músicos como, entre otros, Anson Funderburgh, Bill Bates, Bill Stuve o Rich Wenzel.