En estos últimos años Chris Antonik se ha labrado la reputación en su Canadá natal de ser un incendiario guitarrista de rock-blues, además de un buen compositor tanto de letras como de canciones.

Este es su cuarto álbum en estudio donde presenta catorce temas de diversa índole, siempre con el rock-blues y el blues como trasfondo, aunque también hay espacio para el soul, el funk futurista, la psicodelia o el hip-hop, sin olvidar tampoco las influencias paralelas que recibió del Clapton de los ochenta, de Robbie Robertson y de Daniel Lanois.

Producido por Derek Downham y el propio Antonik, el álbum cuenta con un generoso elenco de instrumentistas, más la colaboración como invitados de Jarekus Singleton, Paul Deslauriers y Mike Mattison, en un corte cada uno de ellos.

Con este nuevo trabajo Antonik quiere sobrepasar las fronteras tanto del blues como del rock-blues y a la vez contarnos detalladamente una historia sobre la experiencia del ser humano en diversas facetas de la vida, como por ejemplo el amor, la pérdida, la compasión o el crecimiento personal, aspectos todos ellos a los que Chris Antonik da una importancia muy significativa y vital. Preparados para encontrar un buen puñado de canciones que se convierten en paradigma de lo que este músico es capaz de ofrecer al oyente.